En mi opinión destacaría tres elementos fundamentales sobre el plan:
1. La supremacía de la realidad sobre el modelo en el que se encuetra España y el marco de la UE, ya que como dije antes es imposible pensar que España no camine hacia la convergencia bajo los preceptos actuales de la globalización y la asociación a al comunidad. Es necesario contar con estandares educativos similares que permitan homogenizar de cierta manera la calidad dentro del territorio europeo y evitar por ejemplo también contradiciones en el sistema como el hecho de que alumnos de los llamados Erasmus (intercambio) no puedan reconocer créditos o asignaturas realizadas en España o viceversa. El proceso de cambio es complejo y en los sistemas educativo requiere tiempo, en ello lamentablemente pagan muchas veces las consecuencias de los ensayos los alumnos de hoy pero desde la perspectiva estadista esto constituirá en mi opinión un gran avance.
2. La Transformación del Curriculum Acádemico, acortar las "carreras" universitarias no significa colocarlas en desmedro de aquellas que tenián 5 años de duración, es solamente atender a una realidad objetiva en la transformación que se ha producido tanto en el campo del mercado laboral, como en los sistemas educativos y las necesidades que tienen los países de diseñar hoy políticas públicas adecuadas que preparen al país para las futuras transformaciones. Esto sin lugar a dudas nos plantea reformular el concepto de Universidad pero no en terminos ideologicos netamente sino, volver a discenir sobre cual es el papel que cumplen las Universidades en el mundo actual y sobre ello definir acciones coherentes que permitan adaptar las Universidades. Esa discusión ya se ha situado en numerosos lugares y son cosas como el Bolonia resultados de esas discusiones.
Si nos colocamos a pensar seriamente si una carrera de licienciatura debe durar 5 años o 3 y discutimos de manera responsable y técnica las implicaciones de ello tal vez nos encontraremos como muchas sorpresas que nos inclinarán por acortar las carreras y agilizar el mercado laboral y fortalecer el áre del conocimiento e investigación con aquellos que realmente opten por aquellas alternativas. Creo que sobre todo la dirigencia estudiantil tiende a ideologizar demasiado la discusión y entregar como argumentos juicios de valor en vez de afirmaciones concretas y racionales.
3. La escasa participación en la construcción de las políticas públicas, ya que una de las mayores críticas sobre el Plan Bolonia es su falta de correlato con la opinión de los estudiantes y sus dirigentes. En lo que respecta a este punto la realidad nos dice que aquí le problema es más bien una controversía sobre quién maneja el poder de desición, ya que si miramos en profundidad la capacidad de movilización y acción política de los y las dirigencias Universitarias nos encontramos con grandes problemas que corroboran lo que digo, donde la mayoría ni siquiera tiene idea o interés y se guían simplemente por la representación de sus cuerpos colegiados que en una comparación simple es fiel reflejo de lo que hace el gobierno en la construcción de otras medidas, representar a los ciudadanos y tomar desiciones técnicas y políticas.
En conclusión el Plan Bolonia puede y debe sufrir modificaciones pero estas deben ser previstan con objetividad en un contexto real y para ello necesitamos de argumentos y no juicios de valor, nesecitamos capacidad de negociación y experticia técnica acompañada de legitimidad política, la última hay que buscarla en los mecanismos que hoy se tienen y no pretender hacer el "Mayo 68" en un contexto absolutamente dispar.
Gonzalo Prieto Navarrete
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